La plataforma Impacto Social del Dolor fue precedida por varias iniciativas políticas lanzadas por la comunidad científica del dolor en la década anterior. Los médicos e investigadores eran conscientes de que el dolor y su carga para las personas y la sociedad no se comprenden bien. A medida que la ciencia del dolor evolucionaba, el concepto de que el propio dolor fuera el centro de atención de los responsables políticos se convirtió en un objetivo de defensa realista.
Paralelamente, el concepto científico de dolor como enfermedad por derecho propio fue ganando importancia. Lo que ahora llamamos dolor crónico primario permitió a los activistas abordar el dolor no simplemente como una comorbilidad, sino como un fenómeno complejo que requiere una consideración especial.
SIP fue fundada por Grünenthal y la Federación Europea del Dolor (EFIC). La Pain Alliance Europe (PAE) y Active Citizenship Network (ACN) se unieron como socios en una etapa posterior.